Entre 1902 y 1910 tuvo lugar el período de mayor agitación social de la historia Argentina. Los conflictos laborales experimentarán vaivenes, agudos en intensidad y extensión, alcanzando en 1910 el punto de mayor confrontación.

En agosto de 1904 y a tono con lo que sucediera en otros puntos de la Argentina, los Dependientes de Comercio de Rosario realizaron un acto en reclamo del descanso dominical y de la jornada laboral de 8hs. En los últimos días de noviembre los Dependientes decretaron una huelga sectorial que desencadenará como consecuencia de las medidas represivas, en una huelga general de 48hs que paralizó la ciudad-puerto.

En este contexto de conflictividad, el 13 de marzo de 1909, a 28 años de la formación de la colonia de Rafaela, nacía el C.U.D.C. El surgimiento de esa Institución marcó el inicio del proceso de sindicalización de la clase trabajadora rafaelina. Cabe señalar que en Buenos Aires, los Mercantiles también fueron uno de los primeros gremios en constituirse en el año 1880.

Por su parte, el sindicalismo, tras abandonar su misticismo revolucionario, apuntó al fortalecimiento de la organización sindical y a la capacitación obrera como vías de emancipación de la clase trabajadora. Surgió entre sus militantes la iniciativa de crear bibliotecas y escuelas en todos los sindicatos, orgullo y ejemplo para el Movimiento Obrero.

En efecto, por iniciativa de la entonces Confederación General de Empleados de Comercio, hoy FAECYS, se constituyó una comisión que integraron otras organizaciones sindicales (Bancarios, Viajantes) y se logró la modificación del Código de Comercio, hasta entonces un instrumento jurídico al servicio de la patronal en el que los “dependientes” de comercio eran un artículo más, con menosprecio de sus derechos.

La promulgación de esta Ley se efectivizó un año después, el 21 de setiembre de 1934. Desde ese día, los mercantiles afirmaron su convicción solidaria y evitaron su derogación.- Esa lucha prosperó y la consigna “vacaciones pagas e indemnización por despido” se convirtió en realidad.- Desde ese punto de partida los empleados de comercio logramos la jubilación, el Convenio Colectivo de Trabajo, y creamos instituciones que fueron y siguen siendo orgullo y ejemplo para el Movimiento Obrero.

Como tributo a tantas generaciones de compañeros, este 26 de setiembre debemos consolidar nuestra unidad, nuestra solidaridad y nuestro compromiso permanente para el logro de una democracia plena y participativa, nutriente fundamental para que los trabajadores y jubilados vivan dignamente en un país que se realice en el marco de la Justicia Social.